jueves, 3 de marzo de 2011

La prueba se hace pureba


La prueba
se hace puré,
bah: la hacen puré
en el afán de repetirla
en lugar de dejar
que la pobre prueba, cansada
duerma una buena siesta
no una siesta siniestra
en el campo, en verano
con moscas zumbando
las persianas bajas
y la luz filtrando
toda la larga tarde.

La prueba segunda


es pararse y decir
¡upa; qué timbos pulenta!
O
qué lindo escarpín para un sopi fetén
para una milonga.
Pero además
¿hoy qué te comprás con ciento veinte pesos?
¿qué te comprás?

La prueba primera:


tirarse al río
en la parte más profunda
y después
cuando te hundas
si querés
podés cantar "mi hermanita
toca el piano
con el profesor Pirulo"
Y con esto y un bizcocho
hasta mañana,
a las ocho.